Culminada la Segunda Guerra Mundial, la integración
europea se impulsó con las firmas de los tratados de paz. Aunque las cicatrices de ese conflicto bélico todavía hoy se perciben, finalizada la guerra, se unieron fuerzas en
pro de la recuperación económica y ello conllevó un estrechamiento de lazos culturales en Europa occidental. Para
comprender el impacto cultural de la Segunda Guerra Mundial, resulta significativo lo planteado por la socióloga húngara Agnes
Heller, y que se manifiesta en el texto titulado “Los movimientos culturales como vehículo de
cambio”, de donde tomamos la siguiente cita: “Tres movimientos culturales, a partir de la Segunda Guerra Mundial, han
transformado la sociedad contemporánea: el existencialismo, la generación
"alienada" y los posmodernistas, acompañados - como una constante -
por el feminismo. Se trata de una revolución social en profundidad, que ha
cambiado nuestro modo de ver el mundo, de adaptarse a él o de modificarlo. A
diferencia de una revolución política - dice la autora -, una revolución social
no estalla, ocurre, y toda revolución social es siempre una revolución
cultural. Estamos demasiado acostumbrados a la historia como historia política
como para darnos cuenta de la trascendencia de estos cambios, provocados por
los movimientos culturales en la esfera de lo social, en la vida diaria - única
e irrepetible de hombres y mujeres.” Para leer el resto del documento, acá
les dejo el enlace: http://nuso.org/media/articles/downloads/1653_1.pdf
Este es el blog del Departamento de Castellano, Literatura y Latín del Instituto Pedagógico de Caracas. Es el espacio de confluencia de nuestras letras. En él se diluyen los linderos entre lingüística y retórica, semántica y poética, discurso e imagen. La palabra interdisciplinaria estalla en la traducción fáustica de lo que nos rodea. Hoja en blanco, signo que te aguarda.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Y cómo se supone habrían hecho esto?
ResponderEliminar