domingo, 3 de abril de 2016


 
 
 
IMPACTO SOCIO-POLÍTICO DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL EN EUROPA
 
  
·         Reducción de las monarquías europeas.
·         Empuje del socialismo democrático.
·         Declive del poder de Europa –el fin de los imperios europeos– frente a la confirmación de Estados Unidos y la Unión Soviética como potencias.
·         Bipolarización del mundo: de la guerra caliente a la guerra fría.
·         Avances en el proceso de descolonización.
Consecuencias sociales:
·         Más de 55 millones de muertos.
·         El nacimiento de grupos neo-nazis
·         La miseria de los países europeos, sobre todo provocada por el desempleo y la ruptura de vías de comunicación y suministros.
·         El odio a los nazis causado por el holocausto.
·         El holocausto; millones de judíos exterminados sistemáticamente
·         Los habitantes de Hiroshima y Nagasaki, no solo fueron hechos a muerte en su mayoría, sino que actualmente, los habitantes que estaban a los alrededores de la explosión y en plena explosión, sufren actualmente daños físicos a causa de la radiación de las bombas. fue tanta la radiación que a 15 kilómetros del gran hongo, las sombras de las personas se volvían fluorescentes en lugar de oscuras.
Consecuencias socio-políticas:
·         Se llevó a cabo el juicio de guerra más grande de la historia, con más de 24 condenados, de los cuales, habían condenados a muerte, otros encarcelados y otros se suicidaron como Hiimller al no querer ser procesado. El juicio llevó por nombre "Juicio de Núremberg" y fue para juzgar a aquellos nazis culpables de crímenes de guerra.
·         Se crea la ONU, organismo encargado de resolver y atender los problemas o necesidades de los países del mundo.
·         Ante el holocausto y la "miseria" de los judíos, la ONU establece a los judíos en palestina, dándoles más de la mitad de palestina para que los judíos viviesen en un hogar, cuyo nombre seria Israel.
 
El impacto económico
            La Segunda Guerra Mundial tuvo una indisociable dimensión económica, con la intervención del Estado para poner la producción, la ciencia y la técnica al servicio de las necesidades bélicas. El crecimiento del complejo industrial militar supuso un extraordinario cambio en la organización de la producción y un gran aumento de la mano de obra en los paises beligerantes, a pesar del reclutamiento militar. En Gran Bretaña, EEUU y Japón significo la movilización masiva de la mujer y su incorporación al mundo laboral.
            Al acabar el conflicto, la devastación era especialmente importante en Europa oriental, donde el pillaje en las ciudades, la práctica de la tierra quemada y las destrucciones de pueblos provocaron una drástica reducción de su capacidad de producción.
            En europa occidental, las ciudades y las vías de comunicación fueron los elementos más afectados. Por su parte, Japón había quedado al borde del aniquilamiento, con Tokio y sus centros industriales destruidos, Hiroshima y Nagasaki arrasadas por las bombas atómicas y las economías coloniales desorganizadas.
            Los países que habían quedado territorialmente al margen de la contienda vieron incrementada su riqueza, en especial EEUU, que experimentó un fuerte crecimiento económico y adquirió una posición hegemónica. También la Unión Soviética, que a pesar de sus destrucciones se transformaría en una gran potencia mundial gracias al mantenimiento de su zona industrial asiática y al control militar y político que ejerció sobre las nuevas democracias populares de la Europa oriental.
            La reconstrucción de Europa parecía una empresa casi imposible, pero la conservación parcial de la industria bélica en Gran Bretaña y Francia constituyó el punto de arranque para su desarrollo económico, desde el momento en que se fueron reestableciendo las comunicaciones y el abastecimiento de materias primas y fuentes de energía desde que EE UU aportó recursos financieros. La intervención del estado en la economía y la sociedad europeas fue otro elemento decisivo que marcó un cambio respecto al pasado y que asentó las bases para la creación del Estado del Bienestar.
 
El impacto demográfico
            La Segunda Guerra Mundial dejó tras de sí un rastro de devastación como ningún otro conflicto del siglo XX. Más de 55 millones de seres humanos murieron a lo largo de la confrontación, de los cuales, la mitad correspondió a la URSS. Le seguirían Alemania y Polonia, pero fue esta última nación la que en términos relativos experimento mayores pérdidas y en la que se produjo el mayor número de víctimas civiles: el 95% del total. Si se compara con el escaso 5% de civiles que perecieron en la Primera Guerra Mundial, el desastre adquiere pleno significado. A los terribles datos de mortalidad hay que añadir el número de heridos, que alcanzó los 35 millones, y desaparecidos en tono a los 3 millones.
            De todo ello se deduce una nueva dimensión de la catástrofe: el profundo impacto de la mortalidad entre la población civil, que representó algo más de la mitad de las víctimas totales. De este modo, la SGM comportó la desaparición del concepto tradicional de retaguardia, e inauguró una nueva era en la que los conflictos bélicos tendrían en la población civil sus principales víctimas.
 
            Las poblaciones de la retaguardia fueron sometidas a bombardeos sistemáticos, que pretendían aterrorizar y acabar con su capacidad de resistencia. Asimismo se buscaba destruir la organización industrial y económica del enemigo, y debilitar su potencial militar.
            Esta capacidad mortífera de la guerra se explica, no solo por la sofisticación del armamento, sino por su dimensión de guerra total, y por el carácter de las ocupaciones nazi y japonesa, que comportaron el asesinato, la deportación, el exterminio y el genocidio de la población, así como la práctica del terror y la violencia sistemática.
            En la posguerra también es necesario constatar el elevado número de víctimas indirectas que se produjo a causa de la desnutrición, las heridas y la irradiación de las bombas atómicas. Asimismo, después de 1945 continuaron los desplazamientos de población. Entonces se vincularon a la liberación de prisioneros y de trabajadores forzados que retornaban a sus países. También se relacionaban con las modificaciones de las fronteras y las expulsiones de minorías étnicas como consecuencia de la configuración de nuevos estados a partir de los acuerdos de paz.
            Cerca de 30 millones de europeos deambularon por el continente en la inmediata posguerra, colaborando en crear una sensación de caos e incertidumbre, sobretodo en europa central y oriental. En Asia cerca de 7 millones de japoneses también fueron repatriados desde Corea y China hacia el archipiélago al que había quedado reducido el nuevo Japón.
           
El impacto moral
            La brutalidad de las acciones bélicas cuestionó los valores morales y políticos sobre los que había reposado buena parte de la civilización europea anterior. Los derechos humanos habían sido vulnerados y se había impuesto a lo largo de 6 años una cultura de violencia, terror y crueldad.
            El conocimiento en los campos de concentración y exterminio puso en evidencia las dimensiones del horror nazi. La bomba atómica fue percibida como un verdadero apocalipsis mundial, el descubrimiento de las masacres practicadas por los soviéticos reveló una crueldad inesperada.
            En este contexto, los vencedores de la guerra impulsaron la creación de un tribunal que definió un nuevo concepto de derecho internacional: el de los crímenes contra la humanidad. El Juicio de Núremberg permitió sentar en el banquillo de los acusados a dirigentes nazis ante un tribunal formado por magistrados de los cuatro grandes estados: EEUU, la URSS, Gran Bretaña y Francia.
Gabriel Ruiz
Tomado de: http://guerraf.wikispaces.com/4.3.+El+impacto+moral
 

 
 



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