martes, 9 de junio de 2015

Ya toda me entregué y di

Santa Teresa de Jesús



Ya toda me entregué y di,
y de tal suerte he trocado,
que mi Amado es para mí
y yo soy para mi Amado.
Cuando el dulce Cazador
me tiró y dejó herida,
en los brazos del amor
mi alma quedó rendida;
y, cobrando nueva vida,
de tal manera he trocado,
que mi Amado es para mí
y yo soy para mi Amado.
Hirióme con una flecha
enherbolada de amor,
y mi alma quedó hecha
una con su Criador;
Ya yo no quiero otro amor,
pues a mi Dios me he entregado,
y mi Amado es para mí
y yo soy para mi Amado.

21 comentarios:

  1. las semejanzas de este poema con el cántico espiritual se refleja en la idea de una herida de amor, pero al mismo tiempo se representa la entrega de ambos en cuerpo y alma en donde el amado corresponde a esos amores con su gracia y hermosura,así mismo el planteamiento del juego de palabras para hacer referencia a una misma cosa a una herida, a una entrega y a la consagración completa a el servicio de ese amado por entero sin importar lo que dirán de ellos pues su vida pertenece a este y no desean hacer otra cosa que ejercer sus leyes o designios para poder ser dignos de ver atreves de sus ojos la sabiduría.

    ResponderEliminar

  2. El Cántico Espiritual de San Juan de la Cruz tiene gran afinidad con el poema de Santa Teresa de Jesús, en cuanto al misticismo, al lenguaje poético, en la oración de sus versos, en la entrega hacia lo celestial y lo divino. En ambos poemas se toca el tema de la herida para llegar a la entrega total de una forma muy sutil, el buen pastor vuelve a su rebaño invocando con sus plegarias el perdón de sus pecados, obteniendo la gracia de Dios.
    Aquí en esta estrofa del “Cántico Espiritual” y “Ya toda me entregue y di” se observa la entrega total, es la convivencia con el amor de Dios, lo cual vemos presente en ambos poemas, es una forma de redimir los pecados y buscar el camino correcto dejando lo efímero de lado, para obtener la absolución que se da por medio de la fe cristiana. Estos dos grandes poetas del misticismo español abrieron la entrada al renacimiento.
    Mi alma se a empleado,
    y todo mi caudal, en su servicio;
    yo no guardo ganado,
    ni ya tengo otro oficio,
    que ya sólo en amar es mi ejercicio.


    Ya todo me entregué y di,
    Y de tal suerte he trocado,
    Que mi Amado es para mí,
    Y yo soy para mi Amado.
    Jhovana Escalona.

    ResponderEliminar
  3. Bien, Jhovana: No es sólo la imagen de la herida la que emparenta este poema de Santa Teresa con el Cántico de San Juan. Ojo con la ortografía. Te agradecería que pudieses corregir el error ortográfico al citar a San Juan.

    ResponderEliminar
  4. En el poema de Santa Teresa, "Ya toda me entregué y dí",se presentan características afines con las del Cantico espiritual de San Juan de la Cruz, donde la entrega por parte de ella (esposa) hacia Dios, entidad suprema; está descrito como premio ganado u otorgado, que a su vez es correspondido por este, de igual forma se compara con la herida causada por el cazador dejándola sola, es decir; separando al hombre de la divinidad, para luego actuar con arrepentimiento logrando el perdón por parte del Dios supremo dando como conclusión la reunificacion de los mismos, de este modo cobrar vida por el amor que le da como dádiva en respuesta a sus actos y de igual manera mostrando la entrega de amor de ambas entidades terrenal como celestial, muy similar al Cántico espiritual donde la cualidad mas importante el amor prevalece, entre esposo y esposa.

    ResponderEliminar
  5. Sobre el comentario de Ahilin: de acuerdo en el aspecto de la semejanza con la entrega de la esposa, así como con las imágenes de la caza y la herida (No trabajaste la flecha). Lo que no veo muy claro es lo del arrepentimiento y el perdón, no haces la referencia textual a este aspecto y yo no lo encuentro evidente. Todo lo demás está bastante acertado.

    ResponderEliminar
  6. En el Cántico espiritual de San Juan de la Cruz se evidencian diversos tópicos tales como: el abandono del amado, la visión del amor como una “caza”, la herida amorosa y la flecha como objeto hiriente. A partir de eso, se expondrán las semejanzas de esta grandiosa obra poética con la otra llamada Ya toda me entregué y di, quien su autora fue Santa Teresa de Jesús.
    En el primer poema nombrado, se exhibe la búsqueda del ser adorado cuando la esposa desea encontrar a su cónyuge preguntándole a las criaturas de él. Mientras que en el segundo, la fémina determina a su amado como “dulce cazador”. Así pues, en ambos casos se alude al amor como una caza. Esto se entrelaza con la concepción amorosa para la época, el amor cortés; la sublimación de aquella persona a quien se ama y que da consagración espiritual. A causa del abandono, existen estas expresiones en los dos poemas: “me tiró” y “como ciervo huiste”. También, se ostenta la herida de amor, mostrándose así: “dejó la herida” y “habiéndome herido”. A su vez, el objeto hiriente, por ejemplo: “hirióme con una flecha” y “las flechas que recibes”.

    ResponderEliminar
  7. Sobre el comentario de Daisy, sólo recalco dos cosas: la imagen de la flecha es distinta e importante en Santa Teresa, y luego sería interesante si la conclusión de los poemas mantiene similitud o comporta diferencia. En uno hay reencuentro, ella es desposada por el amado. ¿Es así en Santa Teresa?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La imagen de la flecha, evidenciada en Santa Teresa, se muestra al describirla como “enherbolada de amor”; es decir, la herida causada por ese elemento fue la del “flechazo de amor”. En consecuencia, eso produjo que su “alma” se unificara con la de su criador; por ende, hubo una entrega total.
      Por otro lado, al culminar el Cántico espiritual se exhibe el reencuentro amoroso entre los esposos. Mientras que en Santa Teresa se refleja su convicción al no querer otro amor, sino que se entrega exclusivamente a Dios. De hecho, es eso lo que se recalca desde el principio hasta el final del poema. Así pues, también se manifiesta la necesidad recíproca de estar juntos, expresándolo la fémina al afirmar que ella es “para su amado” y de igual forma él.

      Eliminar
    2. La imagen de la flecha, evidenciada en Santa Teresa, se muestra al describirla como “enherbolada de amor”; es decir, la herida causada por ese elemento fue la del “flechazo de amor”. En consecuencia, eso produjo que su “alma” se unificara con la de su criador; por ende, hubo una entrega total.
      Por otro lado, al culminar el Cántico espiritual se exhibe el reencuentro amoroso entre los esposos. Mientras que, en Santa Teresa se refleja su convicción al no querer otro amor, sino que se entrega exclusivamente a Dios. De hecho, es eso lo que se recalca desde el principio hasta el final del poema. Así pues, también se manifiesta la necesidad recíproca de estar juntos, expresándolo la fémina al afirmar que ella es “para su amado” y de igual forma él.

      Eliminar
  8. María Gladis Rangel14 de junio de 2015, 11:19

    San Juan de la Cruz en el poema el Cántico Espiritual, intenta explicar el proceso místico que sigue el alma hasta su unión con Dios. Para ello utiliza una alegoría: la búsqueda del esposo por la esposa, su encuentro y la consumación del acto amoroso. En este caso, la esposa herida de amor, sale en busca del Amado, pregunta por él a cuantos encuentra
    en el camino, hasta que, por fin, se encuentran de nuevo y se entregan
    el uno al otro en la soledad del huerto.
    De igual manera Santa Teresa de Jesús en el poema ¡Ya toda me entregué y di! su mística es la religión cristiana y se centra únicamente en el encuentro con Dios. El tema principal del poema es la entrega total que ella hace a su amado de su mente, su cuerpo y su alma. Pus se trata de, un amor mutuo y verdadero, un sentimiento recíproco que enriquece a ambos. Y es que su Amado no es otro sino Dios, su Señor al que está personalizando y privatizando como si él ya sólo fuera a pertenecerle a ella.
    Por lo tanto, las semejanzas que existen son las siguientes: 1.- Lo místico en cuanto al encuentro o unión con Dios. 2.- La entrega total que ella hace a su amado.

    ResponderEliminar
  9. Sobre el comentario de María Gladis, debo decir que está correcto, sólo que pueden verse más elementos en común y no señalaste diferencias. ¿No existen?

    ResponderEliminar
  10. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

    ResponderEliminar
  11. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

    ResponderEliminar
  12. Veriosca Villarreal

    El Cántico Espiritual, es un poema donde se refleja lo sensible a través de las imágenes de la naturaleza, ya que se va ir dando paulatinamente una representación de la casería del amor que va dar como resultado la herida. En el poema de Santa Teresa de Jesús (ya toda me entregué y di) se da la presencia del amor de Dios, ese sentimiento de amor incondicional que va más allá de su hermosura y que llena la inmensidad del espacio vacío, como una entrega total que va a estar amparado por la experiencia con Dios.

    ResponderEliminar
  13. Sobre el comentario de Veriosca: además de la falla ortográfica que se te coló, falta referirte a las imágenes del poema de Santa Teresa como hiciste con el de San Juan. Esa es la comparación.

    ResponderEliminar
  14. Sobre el comentario de Leiby: todavía se te fueron un par de gazapos ortográficos. Ojo con eso. En cuanto a tu comentario, está muy acertado. Sólo que yo no veo toda la parte final sobre la sabiduría y los ojos que tu señalas.

    ResponderEliminar
  15. Veriosca: tuve que eliminar tu comentario, pues además de un error ortográfico serio, era muy confuso y no respondía a lo solicitado en el comentario a tu comentario anterior. Revísalo bien, por favor.

    ResponderEliminar
  16. Corina Olmos:

    Las obras de San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús son una extraordinaria muestra de la poesía mística española medieval. Al respecto, el Cántico espiritual y Ya toda me entregué y di, no son la excepción de eso. En ambos casos, se patentizan dichos de amor que se manifiestan a través de la inteligencia mística en la que se tiene una experiencia más cercana a lo divino. Cabe acotar que, en los escritos se concibe el amor como una “caza”. En el primero por la búsqueda desmesurada de su esposo y, en el segundo, al denominarlo como su “cazador”. También, se exhiben las figuras de la “flecha” y la “herida”. Seguidamente, se evidencia esta última como la que le causó su amado al abandonarla e hiriéndola con una “flecha”. Mientras que, en el segundo poema, la herida se la dejó su cazador con aquel flechazo amoroso que representa una entrega total.

    ResponderEliminar