martes, 23 de junio de 2015

Garcilaso de la Vega: Soneto XXXII

Mi lengua va por do el dolor la guía;
ya yo con mi dolor sin guía camino;
entrambos hemos de ir, con puro tino;
cada uno a parar do no querría;

yo, porque voy sin otra compañía,
sino la que me hace el desatino,
ella, porque la lleve aquel que vino
a hacerla decir más que querría.

Y es para mí la ley tan desigual,
que aunque inocencia siempre en mí conoce,
siempre yo pago el yerro ajeno y mío.

¿Qué culpa tengo yo del desvarío
de mi lengua, si estoy en tanto mal,
que el sufrimiento ya me desconoce?


5 comentarios:

  1. Escalona, Jhovana
    Garcilaso de la Vega fue conocido por sus innumerables cuitas de hombre enamorado, no siendo un secreto que su gran amor fue Isabel de Freyre por ello es que la gran inspiración de sus poemas fueron pensando en esta, el soneto XXXII no escapa a esa inspiración que sentía el poeta por su musa, aquí nos da a entender que ya no puede callar ese amor, que está a punto de confesar, pero a la vez no, ya que ambos toman caminos distintos. El amor no correspondido lo conlleva a una infinita nostalgia que socaban sus esperanzas de tener ese amor a su lado. Detrás de sus palabras existe un desgarro de emociones.
    El poeta narra en primera persona en el segundo cuarteto:”Yo, porque voy sin otra compañía”, aquí nos explica que se encuentra sumergido en una gran tristeza ya que sólo el destino lo guía, y en la tercera línea se refiere a la amada: “ella porque la lleva aquel que vino”, aquí nos dice que se fue con otro y por eso su tristeza. Utiliza un lenguaje sencillo al dar los conceptos del dolor que siente explicando que anda sólo con su dolor, siendo la lengua su guía junto con un destino incierto, es él, la victima de los errores cometidos por ese amor no correspondido. Aquí notamos la indiscreción del poeta, al revelar lo que atormenta a su alma herida, pecando de indiscreto al no saber cómo callar ese sentimiento emocional que lo lleva a la soledad que hace palpitar su corazón, al final del soneto el poeta dice: ¿Qué culpa tengo yo del desvarío de mi lengua, si estoy en tanto mal, que el sufrimiento ya me desconoce?, aquí termina explicando lo que ocasionó su lengua a causa del dolor por la mujer amada (revelación) siendo la lengua artífice del mal y el bien.

    ResponderEliminar
  2. Ysbeth, dijo…
    En la primera estrofa, el tema central es el dolor, ´dolor´, que aparece dos veces relacionado paradójicamente con la palabra guía. En el primer verso el dolor orienta la voz poética, pero en el segundo, ya ese dolor no es orientador, ya no es guía, sino es el móvil que lo desorienta.
    Hay como un desdoblamiento del ser poético; una cosa es lo que el verbo quiere decir, y otra la intención real del ser (el hombre), emoción inseparable en la que se debate, y a su vez, le advierte actuar con ´tino´, con prudencia.
    La segunda estrofa retoma la imagen de la ´´lengua, el verbo, que es su única compañía, y es la que le hace caer en la indiscreción, decir más de lo que debe.
    Declara que es víctima de la injusticia, acusado por la falta ajena y por la suya propia (“yerro ajeno y mío”), `falta´ que en el poema es la indiscreción. Indiscreción que la voz poética justifica por originarse en una emoción inocente (pura).
    Culmina el soneto con una interrogación retórica, en la que da razón de esa indiscreción y comienza el proceso de revelación, ya que el estado pasional (enfermo de tanto mal) en el que se encuentra el poeta, el sufrimiento en el que lo ha sucumbido el amor lo hace desvariar y alucinar de tal manera que, lo lleva a decir cosas de las cuales él no está consciente (“el sufrimiento ya me desconoce”).
    El concepto del amor que se refleja es el amor cortés, el amor sublime e ideal, el amor secreto entre el hombre y la mujer casada. El amor que en la vida social debe mantenerse en el anonimato, pero que a través del lenguaje poético alcanza su máxima expresión.

    ResponderEliminar
  3. Ysbeth; no entiendo la relación entre el amor cortés y la indiscreción y la revelación. De hecho, los elementos pautados para el análisis están demasiado separados. Es necesario encontrar su congruencia.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ysbeth...
      El dolor es el móvil que desencadena la desorientación y el desconcierto. La voz poética se vale del desdoblamiento o separación del `yo`y del discurso: la `lengua` (metáfora del discurso) separada del ser que la contiene (voz poética del soneto) para sumergirse en un estado de reflexión.
      La causa del conflicto está en el dolor que motiva tanto ´desatino´ del yo como el desvarío (indiscreción) de la lengua. Hasta el momento nada sabemos sobre la naturaleza de ese dolor, ni cual es su detonante. Podemos inferir que es amoroso, mas no está expreso en el poema.
      En el poema hay una queja, queja de una `ley tan desigual´, una ley de ¿repercusión social?, que de alguna manera es parte causal del dolor que llega a ser insufrible: "...si estoy en tanto mal, que el sufrimiento ya me desconoce?"
      En el poema está representado un conflicto puramente psicológico-emocional, en conflicto tan profundo que va más allá de lo que nos dice el poeta. El tratamiento del tema se sitúa en el nivel más alto de abstracción, pues ninguna nota nos ofrece hechos concretos de cuáles son los causantes del dolor.
      Aunque inferimos, que es el amor el causante del dolor, la manifestación de este amor se encuentra sometido al conjunto de normas morales (ley tan desigual) de la época que regulaban la relación entre el hombre y la mujer casada (amor cortés). Código moral que hace de la poesía de la época un recurso de ocultamiento a través de la cual se evidencia la denuncia de los males producto del amor vivido en el silencio. Se convierte así la poesía en una forma de confesar su dolor e impotencia ante la necesidad de romper el silencio (cantar públicamente el amor y el nombre de su amada).

      Eliminar