martes, 9 de junio de 2015

Coloquio amoroso

Santa Teresa de Jesús

Si el amor que me tenéis,
Dios mío, es como el que os tengo,
Decidme: ¿en qué me detengo?
O Vos, ¿en qué os detenéis?

-Alma, ¿qué quieres de mí?
-Dios mío, no más que verte.
-Y ¿qué temes más de ti?
-Lo que más temo es perderte.

Un alma en Dios escondida
¿qué tiene que desear,
sino amar y más amar,
y en amor toda escondida
tornarte de nuevo a amar?

Un amor que ocupe os pido,
Dios mío, mi alma os tenga,
para hacer un dulce nido
adonde más la convenga.

8 comentarios:

  1. Ysbeth
    Además del lenguaje místico común entre el Cántico de San Juan de la Cruz y este Coloquio Amoroso, la estrofa 28 del Cántico también se encuentra en la vía mística 'unitaria', en la cual ya consumado el matrimonio espiritual la esposa declara su experiencia divina y en un estado de transcendencia reconoce a Dios en el amor y se abandona a su divina voluntad.
    Cada uno en su estilo, San Juan, maestro del lenguaje retórico, el uso del lenguaje alegórico, ya encontrado el esposo, hace saber que siempre estará a su servicio, en el amor. Por su parte Santa Teresa, con un vocabulario sin alarde retórico, pero con una calidez espiritual sublime, habla de su experiencia mística. Mística esponsal en la que el alma empieza a saborear la presencia de Dios, entrega de cuerpo y alma que se expresa como irrupción amorosa.

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  2. Sobre el comentario de Ysbeth: Te pasa lo que a casi todos: se entretienen largamente con lo que recuerdan del poema de San Juan y descuidan el de Santa Teresa, cuando lo que deben hacer es lo contrario. Por ejemplo, lo que tu señalas como "mística esponsal" valdría la pena hacerle referencia en el texto, porque la tiene y mucha. De hecho es lo que marca su diferencia de estilo y de visión con el "Cántico..."

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  3. Santa Teresa de Jesús pareciera dar fe de su experiencia mística en su doble dirección "del Alma a Dios y de Dios al Alma" (María J. Mancho D. La espiritualidad española en el Siglo XVI...)", de su amor consagrado a Dios. Desde la primera estrofa, manifiesta a través de la pregunta retórica y la invocación a Dios que, la experiencia de ese amor espiritual es indetenible y él todo lo puede.
    En la segunda estrofa el diálogo entre la esposa (el alma) y Dios, manifiesta la declaración consumada de ese amor divino, el deseo de sentir su presencia y el temor a perderle.
    Tercera estrofa: Con la reiteración de la palabra 'amar', la esposa abnegada, obediente al esposo, lo que más desea es "amar y más amar".
    En la cuarta estrofa, la esposa pide un amor, más que recibir, un amor activo, un amor dador(de entrega al otro), un amor que sea como la proyección del amor infinito que es Dios, y que le permita manifestarse donde Dios decida que "más convenga".

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  4. Ysbeth
    Santa Teresa de Jesús pareciera dar fe de su experiencia mística en su doble dirección "del Alma a Dios y de Dios al Alma" (María J. Mancho D. La espiritualidad española en el Siglo XVI...)", de su amor consagrado a Dios. Desde la primera estrofa, manifiesta a través de la pregunta retórica y la invocación a Dios que, la experiencia de ese amor espiritual es indetenible y él todo lo puede.
    En la segunda estrofa el diálogo entre la esposa (el alma) y Dios, manifiesta la declaración consumada de ese amor divino, el deseo de sentir su presencia y el temor a perderle.
    Tercera estrofa: Con la reiteración de la palabra 'amar', la esposa abnegada, obediente al esposo, lo que más desea es "amar y más amar".
    En la cuarta estrofa, la esposa pide un amor, más que recibir, un amor activo, un amor dador(de entrega al otro), un amor que sea como la proyección del amor infinito que es Dios, y que le permita manifestarse donde Dios decida que "más convenga".

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  5. Ysbeth, difiero en la apreciación de la primera estrofa. No dice que el amor es "indetenible", por el contrario, pareciera declarar una pasión impaciente: ¿Qué te detiene? ¿Qué me detiene a mí?. Y a la lectura de la cuarta estrofa le falta como conclusividad.

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  6. Ysbeth
    Releyendo, pienso que en el "Coloquio amoroso", Santa Teresa expresa a través de las interrogantes su deseo de amar a Dios sobre todas las cosas mundanas y el temor a perder su fe. Y al finalizar pide a Dios que colme su alma de un amor infinito y que la haga sierva de su voluntad.

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  7. Sobre el comentario de Ysbeth: ¿dónde ves el temor de Santa Teresa de perder su fe? Valdría la pena explicarlo.

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  8. María Inti Muñoz13 de julio de 2015, 19:02

    Entre lo escrito por Santa Teresa de Jesús en el Coloquio Amoroso y San Juan de la Cruz en el Cántico Espiritual, se evidencia un gran y puro amor, un amor desesperado y que no tiene sosiego, un amor vivo, natural, ardiente, un amor elocuente, que es capaz de cambiarlo todo, un amor con temor a que sea arrebatado, un amor que quiere ser descubierto, un amor sincero, un amor con sacrificios y recompensas equiparables al matrimonio, un amor lleno de gracia. Sin embargo hay que acotar, que ambos personajes pertenecen a la vida religiosa, el amor que ellos sienten por DIOS es desbordante, ilimitado, es la entrega plena y absoluta de un hombre o mujer enamorado. No existe nada en el mundo que se iguale al AMOR que DIOS te profesa, por ende la respuesta de Santa Teresa de Jesús con la siguiente estrofa:
    “Alma, ¿qué quieres de mí?
    -Dios mío, no más que verte.
    -Y ¿qué temes más de ti?
    -Lo que más temo es perderte.”
    Y de San Juan de la Cruz, en el "Cántico Espiritual" con la siguiente estrofa:
    “Pues ya si en el ejido
    De hoy más no fuere vista ni hallada,
    Diréis que me he perdido;
    Que, andando enamorada,
    Me hice perdidiza, y fui ganada.”
    En ambas estrofas hablan de la pérdida del amor, pero de igual forma se relata la gracia y la dicha de ver al ser amado, es por ello que el INMENSO AMOR que tienen Santa Teresa de Jesús y para San Juan de la Cruz hacia DIOS, puede llegar a ser mal interpretado, llegando al punto que consigue ser visto como un amor carnal y lujurioso, en vez de ser observado desde el misticismo del clero. La amistad da paso al amor en alguno de los casos, por ello la amistad y el amor que siente Santa Teresa de Jesús, por DIOS es ESPIRITUAL.

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