domingo, 13 de noviembre de 2016

Yoraily Arèvalo 

ROMANTICISMO ESPAÑOL

     En España, el romanticismo es considerado complejo y confuso, con grandes contradicciones que comprenden desde la rebeldía y las ideas revolucionarias hasta el retorno a la tradición católico-monárquica. Lo cierto es que España fue un tema romántico para europeos de todas las tendencias ideológicas, pero en su propia literatura fue poco, y en ocasiones ranciamente convocado. Respecto a la libertad política, algunos la entendieron como una mera restauración de los valores ideológicos, patrióticos y religiosos que habían deseado suprimir los racionalistas del siglo XVIII. Exaltan, pues, el Cristianismo, el Trono y la Patria, como máximos valores. Entre sus representantes mas influyentes podemos mencionar a José de Espronceda, Mariano Josè de Larra, Josè Zorrilla, Gustavo Adolfo Bècquer, entre otros
     
    En el romanticismo español se repiten casi de manera idéntica las subdivisiones ideológicas del romanticismo francés, y al igual que en ese país, es en el teatro donde comienza la revuelta romántica. Es el héroe romántico por excelencia, que incorpora signos propios del romanticismo-. la cárcel y el monasterio-convento, pero también las escenas de exaltación del color local. El recuerdo de viejas leyendas nacionales es uno de los motivos principales del romanticismo español.

     Durante la Década Ominosa en España (1823-1833) vuelve a instaurarse un régimen absolutista, y quedan suspendidas todas las publicaciones periódicas, las universidades cerradas y la mayoría de las principales figuras literarias y políticas en el exilio; el principal núcleo cultural español se sitúa, sobre todo, en Gran Bretaña y Francia. Desde allí, periódicos como Variedades, de Blanco White, contribuyeron a fomentar las ideas del Romanticismo entre los exiliados liberales, que paulatinamente fueron abandonando la estética del Neoclasicismo.
  En la segunda década del siglo XIX, el diplomático Juan Nicolás Böhl de Faber publicó en Cádiz una serie de artículos entre 1818 y 1819 en el Diario Mercantil a favor del teatro de Calderón de la Barca contra la postura neoclásica que lo rechazaba. Estos artículos suscitaron un debate en torno a los nuevos postulados románticos y, así, se produciría un eco en el periódico barcelonés El Europeo (1823-1824), donde Buenaventura Carlos Aribau y Ramón López Soler defendieron el Romanticismo moderado y tradicionalista del modelo de Böhl, negando decididamente las posturas neoclásicas. En sus páginas se hace por primera vez una exposición de la ideología romántica, a través de un artículo de Luigi Monteggia titulado «Romanticismo»

El Romanticismo penetra en España por Andalucía y por Cataluña:
  • En Andalucía: El cónsul de Prusia en CádizJuan Nicolás Böhl de Faber, padre de la novelista "Fernán Caballero" (seudónimo de Cecilia Böhl de Faber y Larrea), publicó entre 1818 y 1819 en el Diario Mercantil gaditano, una serie de artículos en los que defendía el teatro español del Siglo de Oro, tan atacado por los neoclasicistas. A él se enfrentaron José Joaquín de Mora y Antonio Alcalá Galiano, empleando para ello argumentos tradicionalistas, antiliberales y absolutistas. Las ideas de Böhl de Faber eran para ellos inaceptables (pues seguían aferrados a la Ilustración), pese a que representaban la modernidad literaria europea.
  • En CataluñaEl Europeo fue una revista publicada en Barcelona entre 1823 y 1824 por dos redactores italianos, un inglés y los jóvenes catalanes Bonaventura Carles Aribau y Ramón López Soler. Dicha publicación defendió el Romanticismo moderado y tradicionalista siguiendo el modelo de Böhl, negando totalmente los valores del neoclasicismo. En sus páginas, se hace por primera vez una exposición de la ideología romántica a través de un artículo de Luigi Monteggia titulado Romanticismo.
Escultura dedicada a Bécquer, en Sevilla

JOSÈ DE ESPRONCEDA





     Nació en 1808, en AlmendralejoBadajoz. Fundó la sociedad secreta de Los numantinos, cuya finalidad era "derribar al gobierno absoluto" vengando así el ahorcamiento y posterior mancillamiento del cadáver de Rafael del Riego. Sufrió reclusión por ello. Huye a Lisboa a los dieciocho años y se une con los exiliados liberales. Allí conoce a Teresa Mancha, mujer con la que vivió en Londres. Tras una actuación política agitada, vuelve a España en 1833. Lleva una vida disipada, plagada de lances y aventuras, por lo que Teresa Mancha lo abandona en 1838. Estaba a punto de casarse con otra amada, cuando en 1842 fallece en Madrid.
Batallas, tempestades, amoríos,
por mar y tierra, lances, descripciones
de campos y ciudades, desafíos
y el desastre y furor de las pasiones,
goces, dichas, aciertos, desvaríos,
con algunas morales reflexiones
acerca de la vida y de la muerte,
de mi propia cosecha, que es mi fuerte.
     Espronceda cultivó los principales géneros literarios, como la novela histórica, con Sancho Saldaña o El castellano de Cuéllar (1834), el poema épico, con El Pelayo, pero sus obras más importantes son las poéticas. Publicó Poesías en 1840 tras volver del exilio. Son una colección de poemas de carácter desigual que reúne poemas de juventud, de aire neoclásico, junto con otros del romanticismo más exaltado. Estos últimos son los más importantes, en los que engrandece a los tipos más marginales: «Canción del pirata», «El verdugo», «El mendigo», «Canto del cosaco». Las obras más importantes son El estudiante de Salamanca (1840) y El diablo mundo.

Mariano JOSÉ DE LARRA
Sin duda alguna, uno de los escritores más conocidos del romanticismo español, junto con Bècquer, Espronceda o Rosaía de Castro. Larra fue un febril escritor que destacó por su ironía, mordacidad y capacidad crítica en todo tipo de escritos, ensayos y artículos periodísticos. Entre sus artículos más conocidos están Vuelva usted mañanaEl castellano viejo o El casarse pronto y mal. Entre sus novelas, destacamos El doncel don Enrique el Doliente y Hernani o el honor castellano.

JOSÉ ZORRILLA
     Nació en Valledolic en 1817 y murió en Madrid en 1893: A los doce años comenzó a escribir en verso. A los veinte años leyó unos versos en el entierro de Larra, con lo que se dio a conocer como poeta ante un publico formado por los mejores escritores del momento. Fue miembro de la Real Academia de la lengua y reconocido oficialmente como un gran poeta. Zorrilla utiliza temas de la historia nacional. Sus obras las escribe exclusivamente en verso. Escribió la obra mas representativa del teatro romántico y la mas representada en los teatros: DON JUAN TENORIO famoso aventurero y conquistador de mujeres, una recreación de la inolvidable figura de don Juan, ya elaborada por Tirso de Molina. Cultivó todos los estilos de la poesía: épico, lírico y dramático. También destacó sobremanera como dramaturgo, con obras tan conocidas El zapatero y el reyEl puñal del godo y Traidor, inconfeso y mártir.
GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER
Uno de los escritores del romanticismo (en este caso de su período tardío) más conocidos y reconocidos, aunque algunos ya le clasifican dentro del posromanticismo. No tuvo éxito en vida y solo tras su muerte se reconoció su talento. Algunas de sus obras más emblemáticas son sus Rimas y LeyendasCartas desde mi celda o Libro de los gorriones.

ROSALÍA DE CASTRO
     Fue una novelista y poetisa gallega nacida en Santiago de Compostela que escribió en castellano y gallego, y ayudó a devolver el gallego la entidad y arraigo del que carecía. Entre sus obras más destacadas podemos mencionar obras maestras de la literatura gallega, española y mundial, como Cantares gallegos (1863), Follas novas (1880) o, ya en castellano, En las orillas del Sar.
El Romanticismo literario español marcó un antes y un después. Sólo hay que ver el tipo de novelas y cómo pensaba la gente, antes y ahora.

CARACTERÍSTICAS DEL ROMANTICISMO ESPAÑOL:


1.- Escenarios románticos: Naturaleza y ciudad

Los románticos, en su búsqueda del hombre concreto, del individuo, de sus circunstancias, conceden gran importancia al entorno. Dos escenarios son preferidos: la naturaleza y la ciudad.
La naturaleza se presenta, sobre todo, en sus formas agrestes, salvajes. Ya no es el jardín cuidado y geométrico del clasicismo, sino el bosque umbrío y lleno de peligros, las montañas escarpadas y cubiertas de maleza, el  mar bravío.
Hay una complacencia de mostrar el triunfo de la naturaleza sobre el hombre y sus obras: el cementerio con sus sauces llorones, sus tumbas abandonadas, o las ruinas donde trepa la hierba sobre las piedras son el silencioso testimonio de la inutilidad de los esfuerzos humanos. De las horas y las estaciones hay predilección por la noche, la primavera y el otoño. La noche suele presidir al amor con la luna amiga como confidente en las alegrías y los desengaños. Pero otras veces la noche se puebla de espectros, ladridos de perros en una imaginaría típica del terror y lo sobrenatural. 
La primavera es la estación de las ilusiones, el amor primero, de los sueños de gloria. El otoño, en cambio, simboliza el desengaño y la derrota con las hojas caídas como testigo.
El cuanto a las ciudades existe una revalorización de lo sencillo y humilde, por un lado, y del arte medieval, árabe o gótico, por otro. Se escogen ciudades artísticas cargadas de historia y tradición: Toledo, Granada, Sevilla, Madrid.

2.- La fantasía

El romántico quiere romper los límites estrechos de la realidad concreta y remontar el vuelo hacia las regiones inmensas de la imaginación.
Son varios los procedimientos con que la fantasía entra técnicamente en la literatura romántica. En primer lugar, el gusto por el misterio y lo sobrenatural. De otro lado, se buscan situaciones ambiguas, zonas confusas, donde se pierden los límites de lo creíble y lo increíble: presentimientos, voces, apariciones de seres del más allá. O directamente, como ocurre en Zorrilla, se admiten los milagros.
En segundo lugar, se recurre al sueño y la visión, anticipando de alguna manera la exploración del subconsciente. Sueños y visiones aparecen en su vertiente positiva o negativa. El sueño o la visión buena presupone la realización de los deseos, el logro de la felicidad, un buen presagio. En oposición, el sueño malo o pesadilla se combina con el infierno y sus símbolos, el horror, la nada, la muerte.

3.- Caracterización de los personajes

Los románticos han creado más “tipos” que caracteres. De esta forma el personaje romántico tiende a ser de una sola pieza, sin inflexiones, como determinado por su esencia a una actitud.
El héroe romántico responde un poco a la concepción byroniana: apasionado, orgulloso, enamorado, perseguido por la fatalidad, escéptico, caballeroso y básicamente noble. Se encarna en diversas profesiones sociales: el trovador medieval, galante y soñador; el noble, fiero en la guerra y fino en el amor; el bandolero generoso; el viajero desconocido y lejano que oculta una historia misteriosa; el templario o el fraile.
En el extremo opuesto, el antihéroe es el tirano insensible, frío, calculador, despiadado con los que persigue; los representantes de una autoridad inflexible y ciega, sea el padre que se empeña en marcar el destino de su hija, sea el noble despótico y encerrado en sus privilegios.

D) El lenguaje

El romanticismo cambió radicalmente los procedimientos expresivos. Eliminó, en primer lugar, el sistema de referencias neoclásicas, acabando con la moda de designar fenómenos naturales o humanos mediante denominaciones mitológicas griegas: aire y viento sustituyen a Eolo, amor a Venus, Dios a Júpiter.
Por otro lado, dentro del principio sagrado de libertad, se rechaza la distinción entre palabras nobles y plebeyas, de palabras que se pueden y que no se pueden usar. Toda palabra tiene lugar en el texto si es necesaria.
Pero si algo define el nuevo estilo es el énfasis. Abundan los signos de interrogación y exclamación, los puntos suspensivos, la hinchazón retórica. Nada se puede decir con sencillez, todo ha de ir envuelto en el exceso verbal.

1 comentario:

  1. Ya esta observación no debería hacerse: HAY QUE CITAR LAS FUENTES.
    URGENTE.

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