Sinead Pulido/ Evany Trujillo
Este es el blog del Departamento de Castellano, Literatura y Latín del Instituto Pedagógico de Caracas. Es el espacio de confluencia de nuestras letras. En él se diluyen los linderos entre lingüística y retórica, semántica y poética, discurso e imagen. La palabra interdisciplinaria estalla en la traducción fáustica de lo que nos rodea. Hoja en blanco, signo que te aguarda.
domingo, 1 de marzo de 2015
La internacionalización del conflicto
Wanda Verde
El Frente Popular español contó con el apoyo primigenio de Francia, México y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). Sin embargo, el temor del gobierno francés a crear una situación conflictiva en todo el continente frenó su ayuda y se acogió a la política de no intervención que, propugnada por el gobierno británico, asimismo acabaría aplicando la Sociedad de Naciones. Francia cerró su frontera a la entrada de material bélico destinado a cualquiera de los contendientes, con lo que en realidad perjudicó notablemente al gobierno republicano. Por su parte la URSS, gobernada por Iósiv Stalin, tras comprobar la participación activa y directa de italianos y alemanes, rechazó la política de no intervención. Su apoyo resultó fundamental en blindados, aviones y equipos de asesores militares. En tanto que los rebeldes recibieron aviones, armamento y combatientes de Italia y Alemania (valga como ejemplo la Legión Cóndor), así como la ayuda de los voluntarios portugueses, enviados por el gobierno encabezado por Antonio de Oliveira Salazar, además de otras colaboraciones.
La principal consecuencia de la Guerra Civil española fue la gran cantidad de pérdidas humanas (tal vez más de medio millón), no todas ellas atribuibles a las acciones propiamente bélicas y sí muchas de ellas relacionadas con la violenta represión ejercida, si bien la represión en el lado franquista era patrocinada por las autoridades, en el lado republicano, respondía a la pasión popular mal interpretada. Asimismo la represión franquista no remitió al final de la guerra y continuó hasta los últimos días de la dictadura. Se puede considerar como consecuencia destacada el elevado número de exiliados producidos por el conflicto, algunas de cuyas principales figuras políticas constituyeron durante muchos años el gobierno republicano en el exilio.
Si bien es cierto que la guerra comenzó como un conflicto interno
"nacido en suelo español y a la manera española" (en palabras de
Salvador de Madariaga), no pudo mantenerse ajena al entorno internacional
debido a sus propias raíces ideológicas. Ambos bandos reclamaron inmediatamente
apoyos de otras potencias extranjeras, según el panorama existente en la
alineación del mundo en la década de 1930, hasta el extremo de que algunos
vieron en el conflicto un prólogo de un nuevo enfrentamiento mundial. Si no lo fue,
al menos consiguió implicar a la mayoría de partidos políticos y potencias
europeas. Hoy nadie pone en duda que la intervención extranjera contribuyó
tanto a prolongar la contienda como al futuro del “Movimiento Nacional”. La
primera fase de urgencia (julio-agosto de 1936) llevó, por un lado, al gabinete
presidido por Giral a solicitar el auxilio del gobierno del Frente Popular
francés (presidio por el socialista León Blum) y, por el otro, a los rebeldes a
concretar el inicial apoyo prestado por Italia (gobernada por Benito Mussolini)
y Alemania (con Adolf Hitler en el poder).
El Frente Popular español contó con el apoyo primigenio de Francia, México y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). Sin embargo, el temor del gobierno francés a crear una situación conflictiva en todo el continente frenó su ayuda y se acogió a la política de no intervención que, propugnada por el gobierno británico, asimismo acabaría aplicando la Sociedad de Naciones. Francia cerró su frontera a la entrada de material bélico destinado a cualquiera de los contendientes, con lo que en realidad perjudicó notablemente al gobierno republicano. Por su parte la URSS, gobernada por Iósiv Stalin, tras comprobar la participación activa y directa de italianos y alemanes, rechazó la política de no intervención. Su apoyo resultó fundamental en blindados, aviones y equipos de asesores militares. En tanto que los rebeldes recibieron aviones, armamento y combatientes de Italia y Alemania (valga como ejemplo la Legión Cóndor), así como la ayuda de los voluntarios portugueses, enviados por el gobierno encabezado por Antonio de Oliveira Salazar, además de otras colaboraciones.
La LUFTWARE? (fuerzas aéreas nazis) incorporó a sus tácticas las
enseñanzas de la guerra y fueron empleadas con éxito en las primeras fases de
la guerra mundial. Entre sus pilotos aprendieron el oficio en España grandes
figuras como Adolf Galland y Werner Moelders.
Entre los auxilios recibidos por el gobierno republicano merecen
recordarse las Brigadas Internacionales: la III Internacional (también conocida
como Komintern) creó un comité internacional para organizar a sus miembros, que
contó con la participación de los dirigentes comunistas Palmiro Togliatti y
Josip Broz (Tito). Participaron en ellas voluntarios de distintos países
movidos por sentimientos antifascistas, cuyo número es difícil de precisar (tal
vez, unos 40.000) a causa de los relevos producidos en sus filas durante el
transcurso de la guerra. El centro de reclutamiento estuvo en París y entre sus
gestores cobró especial relieve el dirigente comunista francés André Marty. Los
primeros brigadistas llegaron al puerto español de Alicante en octubre de 1936
para continuar hasta Albacete, en donde se formó la XI Brigada, que pronto
participó en la batalla de Madrid. Su intervención al lado de la causa
republicana duró hasta noviembre de 1938.
En medio de todo este proceso destacó de manera especial lo que se
conoció como la política de no intervención asumida por la Sociedad de
Naciones, que, en principio, suponía la prohibición de exportar cualquier
material de guerra, sin más compromisos por parte de los gobiernos. En
septiembre de 1936 nació en Londres el Comité de No Intervención, integrado por
los embajadores residentes en la capital británica con el objeto de reducir el
conflicto al ámbito nacional. Sin embargo, a la vista de las numerosas
violaciones del compromiso, las medidas adoptadas por el Comité de No
Intervención no resultaron efectivas y, desde luego, no impidieron que las
potencias extranjeras apostaran por uno u otro contendiente, si bien la mayor
beneficiada de la actitud de las democracias occidentales acabó siendo la causa
franquista, auxiliada de forma reiterada por las potencias del Eje, resultando
letal asimismo para el gobierno republicano.
Por lo que se refiere al apoyo soviético, la financiación de los
suministros bélicos entregados al gobierno republicano se relacionó con las
reservas del Banco de España. Dos terceras partes del oro guardado en el banco
nacional salieron hacia Moscú, en concepto de depósito primero, y como pago por
aquellos suministros posteriormente. El famoso “oro de Moscú” sería un asunto
controvertido y utilizado como propaganda por el gobierno franquista. Mientras
éste recibió a crédito suministros alemanes e italianos, que fueron abonados en
parte después de finalizar la guerra, el gobierno republicano agotó las
reservas para pagar la ayuda soviética.
Estuvieron en España como asesores militares hombres que más tarde
fueron la elite del ejército ruso en la II Guerra Mundial tales como Rodimsev,
Paulov, Koniev, Malinowski Y Zukov.
CONSECUENCIAS
BÉLICAS
La principal consecuencia de la Guerra Civil española fue la gran cantidad de pérdidas humanas (tal vez más de medio millón), no todas ellas atribuibles a las acciones propiamente bélicas y sí muchas de ellas relacionadas con la violenta represión ejercida, si bien la represión en el lado franquista era patrocinada por las autoridades, en el lado republicano, respondía a la pasión popular mal interpretada. Asimismo la represión franquista no remitió al final de la guerra y continuó hasta los últimos días de la dictadura. Se puede considerar como consecuencia destacada el elevado número de exiliados producidos por el conflicto, algunas de cuyas principales figuras políticas constituyeron durante muchos años el gobierno republicano en el exilio.
Evidentemente además de las consecuencias humanas anteriormente
descritas, la consecuencia política es de una magnitud impresionante puesto que
viene a significar el final de un periodo democrático jamás visto antes en este
país para ser sustituido por una dictadura sangrienta y represiva, que se
prolongará cerca de medio siglo. Esta dictadura además supondrá un freno a la
cultura y la intelectualidad de este país.
En lo que respecta al aspecto económico, las
consecuencias principales fueron la pérdida de reservas, la disminución de la
población activa, la destrucción de infraestructuras viarias y fabriles, así
como de viviendas —todo lo cual provocó una disminución de la producción—, y,
en fin, el hundimiento parcial del nivel de renta. La mayoría de la población
española hubo de padecer durante la contienda y, tras terminar ésta, a lo largo
de las décadas de 1940 y 1950, los efectos del racionamiento y la privación de
bienes de consumo.
INJERENCIA EXTRANJERA EN LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA
Carlos Blanco
La
República
compró alrededor de 1.000 aviones a Rusia, y quizás 300 a otros países,
LAS BRIGADAS
INTERNACIONALES
FUENTES IMPRESAS
AYUDA A LOS
NACIONALISTAS (fuerzas franquistas)
DE ALEMANIA
Las fuerzas alemanas en España se elevaron como máximo a
unos 10.000 hombres,
aunque en mayo
de 1939, en el desfile de la Legión Cóndor en Berlín participaron
14.000 veteranos. Los alemanes que ayudaron a los nacionalistas probablemente
fueron más de 16.000, muchos de
los cuales eran personal civil e instructores. Unos
300 alemanes murieron en España.
Los alemanes enviaron unos 600 aviones a España, entre los que se
contaban 136
Messerschmitt 109, 125 Heinkel 51, 93
Heinkel 111 y 63 Junker 52. Cualquier cálculo
de la ayuda alemana a Franco debería
tener en cuenta además la ayuda prestada en
las academias militares, en el terreno de las comunicaciones y el entrenamiento, así
como el asesoramiento
prestado
en mil problemas pequeños, pero cruciales, de
organización militar. El cañón antiaéreo de 88 milímetros también fue una contribución
importante de Alemania y probablemente
impidió que la República
(los comunistas) se
aprovechara de su superioridad aérea en
la primavera de 1937.
DE ITALIA
Las fuerzas italianas en España en su punto máximo sumaban entre los 40.000 y
los 50.000 hombres,
y quizás en conjunto pasaron por España
un total de 75.000
Italianos. En España murieron más de 4.000
italianos, y además Italia perdió tal vez
la cuarta parte del equipo
militar que había enviado. Italia envió
a España unos 660
aviones, de los cuales, los más
importantes fueron los 350
cazas Fiat CR.32 y los
100 Savoias 79. También
había unos 70
Romeo 37 y 64 Savoia 81. Quizá llegaron
a España unos 150 tanques
italianos, todos los cuales eran Fiat-Analdo o tanques
lanza llamas más pesados. También enviaron unas 800 piezas
de artillerías, 1414
motores de avión, 1672
toneladas de bombas, 9 millones de cartuchos, 10.000
ametralladoras y armas automáticas,
240.000 fusiles, 7 millones de balas de artillería,
y 7.660 vehículos motorizados.
DE PORTUGAL, IRLANDA, FRANCIA, ETC.
Entre las ayudas de otros gobiernos
extranjeros estuvo la de
Portugal, que, por lo
menos al principio de la guerra, era
imposible de calcular, por razones geográficas más
que militares. Varios miles de voluntarios portugueses lucharon en la legión extranjera
y en algunas otras unidades.
Seiscientos irlandeses lucharon con los nacionalistas,
dirigidos por el general O`Duffy. Algunos franceses de derechas combatieron como
voluntarios, también algunos latinoamericanos,
unos cuantos exiliados rusos y
otros.
Pocos anglosajones lucharon en el bando
de Franco.
OTRA AYUDA A LOS NACIONALISTAS
Unos 75.000 voluntarios marroquíes, por lo menos, combatieron
en el bando de
Franco, y tuvieron un papel
muy importante en los primeros días de la guerra. Los
Nacionalistas, además, compraron unos cincuenta aviones a países que
no eran
Alemania o Italia (unos cuantos Dragón y
Foker).
AYUDA A LA
REPÚBLICA (fuerzas comunistas)
DE RUSIA Y FRANCIA
principalmente a Francia. De éstos, casi
400 eran cazas
Chato, casi 300 Mosca, y
quizá 100 bombarderos Katiuska, 60 Rasantes y 113 bombarderos Natasha. Los
principales aviones comprados a Francia
fueron los 42 Dewoitine 371, los 40
Potez 54,
y los 15 Marcel Bloch 210. En total, en
Francia se debieron de comprar entre 100 y 150
aviones. Otros aviones comprados fueron: 40 Aero 101, 10 Letov, 14 Vultee A1, 11
Bristol Bulldog, 20 De Havilland Dragon,
y 28 Koolhoven Fk51 comprados en
Holanda,
así como una cuadrilla de 40 cazas Grumman, comprados en
los Estados Unidos.
Además de 900
tanques, 1.550 piezas de
artillería, 300 carros blindados, 15.000
ametralladoras, 30.000
rifles automáticos, 15.000 morteros, 500.000 fusiles, 8.000
camiones, junto con 4 millones de
proyectiles de artillería, 1.000 millones de cartuchos,
1.500 toneladas de pólvora, 1.386 camiones, 28.000 toneladas de gasolina, 450
toneladas de ropa, 325 de medicinas y
187 tractores entre otros artículos.
El número total de
extranjeros que lucharon a favor de la República española fue
probablemente de unos 40.000 o 45.000, y, de éstos, alrededor de
35.000 estuvieron
en las Brigadas Internacionales, que probablemente
nunca tuvieron más de
18.000
hombres
en servicio al mismo tiempo. Además debía de haber otros 10.000
extranjeros, entre médicos, enfermeras, guerrilleros, etc. El mayor grupo nacional de
voluntarios lo constituyeron los 10.000 franceses, aproximadamente, de los que
murieron 1.000. Alemania y Austria
contribuyeron quizá con 5.000 hombres, de los
que murieron 2.000. El número de polacos, incluidos los ucranianos que, a partir de
1945 pasarían a pertenecer a Rusia, debió ser también de unos
5.000. Además Italia
con 3.350, los Estados Unidos aportaron
unos 2.800. De éstos,
murieron alrededor
de 900. Hubo unos
2.000 voluntarios ingleses, de los cuales murieron unos 500 y
cayeron heridos 1.200, alrededor de
1.000 voluntarios canadienses, 1.500 yugoslavos,
1.000 hungaros, 1.500 checos, y 1.000 escandinavos, d los
cuales 500 eran suecos.
Murieron 76 suizos. Los demás
voluntarios procedían, según se dijo de 53 países.
Probablemente
lucharon en España 90 mexicanos.
Hugh Thomas, (1976). La Guerra Civil Española.
Barcelona: Grijalbo.
FUENTES ELECTRÓNICAS
Brigadas Internacionales –
Wikipedia la enciclopedia libre.
Bombardeos en la Guerra Civil Española –
Wikipedia la enciclopedia libre.
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