El realismo literario es
una corriente estética que supuso una ruptura con el romanticismo, tanto en los aspectos ideológicos como en los formales, en
la segunda mitad del siglo XIX.
El Realismo surge como un movimiento opuesto al Romanticismo
e intenta trasladar la realidad al arte, es decir, representarla lo más
fielmente posible y con el máximo grado de verosimilitud.
El Realismo surgió en la Francia de la primera mitad
del XIX. Se inició con autores como Balzac y Stendhal, y se desarrolló con
Flaubert.
En España, el inicio realista coincidió con
acontecimientos históricos capitales. Surgió hacia 1870, después de ―La
Gloriosa‖, y tuvo su apogeo en la década de 1880. Finalmente
decayó en la década de 1900.
El Realismo fue un movimiento artístico y literario
cuyo propósito fundamental consistió en la representación objetiva de la
realidad, basándose en la observación de los aspectos cotidianos que brindaba
la vida de la época.
Esa exigencia de contemporaneidad, ajena a evocaciones o fantasías de corte romántico, posibilitaron a los artistas realistas un amplio campo de representación, tanto en la temática como en su intencionalidad.
Esa exigencia de contemporaneidad, ajena a evocaciones o fantasías de corte romántico, posibilitaron a los artistas realistas un amplio campo de representación, tanto en la temática como en su intencionalidad.
La aparición y desarrollo del Realismo fue fruto de la
agitada situación política que protagonizó Francia a raíz del derrocamiento de
la monarquía burguesa de Luis Felipe y de la proclamación de la II República en 1848 y,
veinte años más tarde, en 1871, tras el advenimiento de la Comuna, de la
proclamación de la III República. Es a lo largo de esos años cuando surgen los
movimientos obreros y proletarios que, avalados por las teorías de Marx y Engels, se inspiran en nuevos sentimientos sociales y en
nuevas ideas políticas, cuya influencia también se dejaría sentir en el mundo
artístico.
El Realismo comenzaría, efectivamente, como un movimiento del proletariado artístico. La representación del pueblo sin idealismos, es decir, tal como era objetivamente, encerraba un cierto mensaje sociopolítico. Así lo ratificó Courbet, uno de los padres del Realismo, cuando en 1851 expresara sin ambages que "yo no soy sólo socialista, sino también demócrata y republicano partidario de la Revolución; en una palabra y sobre todo, un realista, es decir, un amigo sincero de la auténtica verdad".
Esa veracidad del Realismo fue entonces duramente criticada, acusándole de recrearse en lo feo y en lo vulgar, en lo morboso e, incluso, en lo obsceno. Se quiso ver, ante todo y sobre todo, que la representación de, por ejemplo, campesinos, o sea, de trabajadores vulgares, comportaba una protesta y, en definitiva, un ataque a la sociedad existente.
En ese compromiso con lo social, el Realismo dio paso a temas que hasta entonces se habían ignorado, elevando a la categoría de protagonistas de sus obras a tipos humanos que nunca tuvieron el honor de ser representados. Campesinos, picapedreros, ferroviarios, lavanderas, mineros, etc., fueron fuente de inspiración para los creadores realistas. Unos protagonistas que figuraban tanto en los lienzos como en los relatos literarios y cuyo concurso se revelaban no como un simple complemento pintoresco, sino como figuras centrales.
Bien es cierto que el compromiso social del Realismo no implicaba ninguna proclamación abierta y reivindicadora de mejoras sociales o de cambios políticos. Sin embargo, la decisión de reflejar ese tipo de realidades suponía un contundente testimonio e, incluso, un cierto compromiso.
La contemporaneidad fue uno de los elementos esenciales del Realismo. Sus defensores sostenían que el único tema válido para el artista del momento era el mundo coetáneo. El propio Courbet manifestaría que "cada época debe tener sus artistas que la expresen y reproduzcan para el futuro “No extraña, pues, que el desarrollo del Realismo estuviera vinculado a la serie de avances tecnológicos surgidos en el marco de la entonces incipiente revolución industrial. Recuérdese que, en 1830, se inauguraría el primer tren de viajeros, recorriendo el trayecto Liverpool-Manchester a la velocidad de 22 km/h; que, diez años más tarde, París se convertiría en el nudo de una importante red ferroviaria; que, al mismo tiempo, la invención de la hélice y de los navíos de construcción metálica intensificarían la creación de líneas transatlánticas, y que, entre 1835 y 1855, tendría lugar la aparición y auge progresivo del telégrafo, el teléfono y el sello de correos, así como del periodismo ilustrado.
Paralelamente a estos evidentes signos de progreso científico y tecnológico se produjo una toma de conciencia. A las grandes esperanzas que suscitaron esos avances se opuso la amenaza que su desarrollo creciente se cernía sobre la clase trabajadora. Por otra parte, durante esos mismos años se elaboraba la filosofía positivista, cuyo mentor, Augusto, afrontaba la realidad directamente con las armas de la razón para someterla a sus leyes. También la pintura realista tendría en común con el positivismo su interés por la observación meticulosa. Y, por ende, el realismo estaría particularmente vinculado a la expansión y popularización de la fotografía, cuyo descubrimiento se ha revelado como el más importante dentro de la historia del arte de los últimos cinco siglos. Uno de los motivos esenciales del Realismo era ser de su tiempo. Para expresarlo se abría tanto el camino de plasmar los logros y aspiraciones de la época como el de abordar objetivamente aspectos relacionados con la vida y las costumbres del momento. Fue esta última opción la mayoritariamente elegida por los artistas, que les brindaba una riquísima variedad temática. Se fijaron, pues, en aquellos aspectos que les eran más cercanos y cotidianos: la vida de los trabajadores, el mundo rural y urbano, la mujer moderna, el ferrocarril, la industria, los cafés, teatros y parques de las ciudades, etc.El Realismo tocó también temas relacionados con la vida familiar y la intimidad, debido al empuje de los valores domésticos de la clase media experimentado a mediados del siglo XIX, y que incluso alcanzó a reyes y poderosos al ser representados también en actitudes cotidianas y hogareñas. De otro lado, el realismo no obvió la búsqueda del antihéroe de la época, siendo uno de los más representados la figura de la amante o de la prostituta, personajes que también eran utilizados en la literatura realista.
La desacralización de la sociedad tampoco pasó inadvertida para el Realismo. De aquí que temas tradicionales como la muerte fueran tratados en muy diversos aspectos -entierros, suicidios, asesinatos, etc.-, pero nunca con el dramatismo de antaño y siempre como un hecho visualizado, es decir, como una realidad más. Asimismo, las cuestiones religiosas fueron representadas sin otra pretensión que la de plasmar costumbres o manifestaciones populares por su interés sociológico o humanitario El Realismo fue un arte que podría calificarse como sin estilo; pero un arte ampliamente cultivado. No impregnó solamente los pinceles franceses de la Escuela de Barbizón, Courbet, Manet y el grupo de Batignolles, sino que se extendió a Inglaterra y ocupó a determinados prerrafaelitas. También hubo Realismo en Alemania, Italia, España e, incluso, en Rusia...
El Realismo comenzaría, efectivamente, como un movimiento del proletariado artístico. La representación del pueblo sin idealismos, es decir, tal como era objetivamente, encerraba un cierto mensaje sociopolítico. Así lo ratificó Courbet, uno de los padres del Realismo, cuando en 1851 expresara sin ambages que "yo no soy sólo socialista, sino también demócrata y republicano partidario de la Revolución; en una palabra y sobre todo, un realista, es decir, un amigo sincero de la auténtica verdad".
Esa veracidad del Realismo fue entonces duramente criticada, acusándole de recrearse en lo feo y en lo vulgar, en lo morboso e, incluso, en lo obsceno. Se quiso ver, ante todo y sobre todo, que la representación de, por ejemplo, campesinos, o sea, de trabajadores vulgares, comportaba una protesta y, en definitiva, un ataque a la sociedad existente.
En ese compromiso con lo social, el Realismo dio paso a temas que hasta entonces se habían ignorado, elevando a la categoría de protagonistas de sus obras a tipos humanos que nunca tuvieron el honor de ser representados. Campesinos, picapedreros, ferroviarios, lavanderas, mineros, etc., fueron fuente de inspiración para los creadores realistas. Unos protagonistas que figuraban tanto en los lienzos como en los relatos literarios y cuyo concurso se revelaban no como un simple complemento pintoresco, sino como figuras centrales.
Bien es cierto que el compromiso social del Realismo no implicaba ninguna proclamación abierta y reivindicadora de mejoras sociales o de cambios políticos. Sin embargo, la decisión de reflejar ese tipo de realidades suponía un contundente testimonio e, incluso, un cierto compromiso.
La contemporaneidad fue uno de los elementos esenciales del Realismo. Sus defensores sostenían que el único tema válido para el artista del momento era el mundo coetáneo. El propio Courbet manifestaría que "cada época debe tener sus artistas que la expresen y reproduzcan para el futuro “No extraña, pues, que el desarrollo del Realismo estuviera vinculado a la serie de avances tecnológicos surgidos en el marco de la entonces incipiente revolución industrial. Recuérdese que, en 1830, se inauguraría el primer tren de viajeros, recorriendo el trayecto Liverpool-Manchester a la velocidad de 22 km/h; que, diez años más tarde, París se convertiría en el nudo de una importante red ferroviaria; que, al mismo tiempo, la invención de la hélice y de los navíos de construcción metálica intensificarían la creación de líneas transatlánticas, y que, entre 1835 y 1855, tendría lugar la aparición y auge progresivo del telégrafo, el teléfono y el sello de correos, así como del periodismo ilustrado.
Paralelamente a estos evidentes signos de progreso científico y tecnológico se produjo una toma de conciencia. A las grandes esperanzas que suscitaron esos avances se opuso la amenaza que su desarrollo creciente se cernía sobre la clase trabajadora. Por otra parte, durante esos mismos años se elaboraba la filosofía positivista, cuyo mentor, Augusto, afrontaba la realidad directamente con las armas de la razón para someterla a sus leyes. También la pintura realista tendría en común con el positivismo su interés por la observación meticulosa. Y, por ende, el realismo estaría particularmente vinculado a la expansión y popularización de la fotografía, cuyo descubrimiento se ha revelado como el más importante dentro de la historia del arte de los últimos cinco siglos. Uno de los motivos esenciales del Realismo era ser de su tiempo. Para expresarlo se abría tanto el camino de plasmar los logros y aspiraciones de la época como el de abordar objetivamente aspectos relacionados con la vida y las costumbres del momento. Fue esta última opción la mayoritariamente elegida por los artistas, que les brindaba una riquísima variedad temática. Se fijaron, pues, en aquellos aspectos que les eran más cercanos y cotidianos: la vida de los trabajadores, el mundo rural y urbano, la mujer moderna, el ferrocarril, la industria, los cafés, teatros y parques de las ciudades, etc.El Realismo tocó también temas relacionados con la vida familiar y la intimidad, debido al empuje de los valores domésticos de la clase media experimentado a mediados del siglo XIX, y que incluso alcanzó a reyes y poderosos al ser representados también en actitudes cotidianas y hogareñas. De otro lado, el realismo no obvió la búsqueda del antihéroe de la época, siendo uno de los más representados la figura de la amante o de la prostituta, personajes que también eran utilizados en la literatura realista.
La desacralización de la sociedad tampoco pasó inadvertida para el Realismo. De aquí que temas tradicionales como la muerte fueran tratados en muy diversos aspectos -entierros, suicidios, asesinatos, etc.-, pero nunca con el dramatismo de antaño y siempre como un hecho visualizado, es decir, como una realidad más. Asimismo, las cuestiones religiosas fueron representadas sin otra pretensión que la de plasmar costumbres o manifestaciones populares por su interés sociológico o humanitario El Realismo fue un arte que podría calificarse como sin estilo; pero un arte ampliamente cultivado. No impregnó solamente los pinceles franceses de la Escuela de Barbizón, Courbet, Manet y el grupo de Batignolles, sino que se extendió a Inglaterra y ocupó a determinados prerrafaelitas. También hubo Realismo en Alemania, Italia, España e, incluso, en Rusia...
Características
Los
rasgos fundamentales del realismo son los siguientes:
·
Procura mostrar en las obras una reproducción fiel y
exacta de la realidad.
·
Se opone al romanticismo en su rechazo de lo
sentimental y lo trascendental; aspira, en cambio, a reflejar la realidad
individual y social en el marco del devenir histórico.
·
Debido a su afán versista o de verosimilitud, el
realismo literario se opone asimismo directamente a la literatura fantástica.
·
Hace un uso minucioso de la descripción, para mostrar
perfiles exactos de los temas, personajes, situaciones e incluso lugares; lo
cotidiano y no lo exótico es el tema central, exponiendo problemas políticos,
humanos y sociales.
·
El lenguaje utilizado en las obras abarca diversos
registros y niveles de lenguaje, ya que expresa el habla común y se adapta a
los usos de los distintos personajes, que son complejos, evolucionan e
interactúan influyendo en otros.
·
Las obras muestran una relación mediata entre las
personas y su entorno económico y social, del cual son exponente; la historia
muestra a los personajes como testimonio de una época, una clase social, un
oficio, etc.
·
El autor analiza, reproduce y denuncia los males que
aquejan a su sociedad.
·
Transmite ideas de la forma más verídica y objetiva posible
·
Se
atiende más al mundo exterior que ha de ser escrito de manera objetiva y fiel y
precisa.
- Los autores se centran en la realidad más próxima, más
conocida; como consecuencia se describe la sociedad contemporánea del autor.
- El método utilizado por los autores es la observación
directa, toma de apuntes, documentación rigurosa.
- Los escritores reflejan con precisión tanto los ambientes
(costumbres, lugares, vestidos, etc.) como los caracteres de las personas.
- Abundan las descripciones.
- La actitud del autor es a priori objetiva e impersonal ya
que actúan como un notario o un cronista que por lo general no está presente en
el relato. Se suele utilizar el narrador en 3ª persona.
- El estilo suele ser natural y la lengua adaptada a la situación
y la condición de vida de los personajes: culta, popular e incluso vulgar.
Naturalismo
Tanto
el realismo como el naturalismo son movimientos ocurridos a mediados del siglo
XIX. El naturalismo es una teoría según la cual la
literatura debe basarse en una representación objetiva y familiar del ser
humano. Surge como una derivación del Realismo, se puede considerar como una
forma extrema del Realismo, que cree que las acciones del ser humano están
controladas por el destino.
En cierto modo, el
Naturalismo, no es sólo una tendencia literaria, sino que es una forma de
comprender al ser humano y entender sus costumbres.
l naturalismo es un sistema filosófico que destaca a la naturaleza como el primer principio de la realidad. La corriente naturalista
sostiene que la naturaleza está formada por la totalidad de las realidades físicas existentes y, por lo tanto, es el origen único y absoluto de lo real.
Para el naturalismo filosófico, todo lo real es natural y viceversa; no existe realidad posible fuera de los límites de la naturaleza. Asimismo, cabe señalar que niega la dualidad naturaleza-espíritu, ya que este último es considerado como una forma especial de la primera, y reductible a ella.
Para el naturalismo filosófico, todo lo real es natural y viceversa; no existe realidad posible fuera de los límites de la naturaleza. Asimismo, cabe señalar que niega la dualidad naturaleza-espíritu, ya que este último es considerado como una forma especial de la primera, y reductible a ella.
Más allá de la filosofía,
el naturalismo es un movimiento artístico
y estético que se encarga de reproducir las creaciones de la
naturaleza. Tuvo particular importancia en la literatura del siglo XIX, a partir del
seguimiento de los métodos de la ciencia experimental. El periodista y escritor
francés Émile Zola (1840-1902)
está considerado como el máximo exponente y teórico del naturalismo.
Entre las principales características del naturalismo
artístico, se encuentra la preponderancia de la fisiología en
la conducta de los personajes, la denuncia social, el anticlericalismo, el
determinismo positivista (los personajes están determinados por la genética y
el medio), el pesimismo y tremendismo.
El naturalismo también suele presentar el erotismo como
una enfermedad social, relacionada con la prostitución y la pornografía. El
sexo, por lo tanto, no está vinculado al placer o al amor, sino al vicio y a la
decadencia.
Es una corriente literaria que lleva hasta las máximas consecuencias
los postulados del realismo. Este movimiento pretendió llevar hasta sus últimas
consecuencias los postulados del Realismo, por lo que intentó retratar la realidad
con un método científico, para lo que hizo de la observación y de la
experimentación su método de trabajo. La conclusión a la que llegaron sus
cultivadores es que el hombre es pura materia y que no tiene libertad de actuación,
porque su existencia se halla determinada por la herencia genética (Mendel) y
las circunstancias sociales. Todo lo anterior explica que las novelas
naturalistas estuvieran protagonizadas por tarados, alcohólicos, psicópatas,
seres que obedecían a impulsos primarios; esto es, personajes dominados por su
origen biológico o por la sociedad opresiva en la que vivían. Sus bases fueron
establecidas por el autor francés Emile Zola, a partir de dos corrientes científicas
y filosóficas de la época:
Los escritores naturalistas representan a sus
personajes en situaciones extremas de pobreza y marginación, suelen describir
los ambientes más bajos y sórdidos con el fin de poner al descubierto los
defectos de la sociedad. La descripción de estos ambientes la utilizan para ver
cómo reacciona el ser humano en determinados medios, normalmente hostiles.
Surgió por primera vez en las obras de los escritores franceses Edmond Huot de
Goncourt, su hermano Jules Huot de Goncourt y Emile Zola.
- El Materialismo: considera que todo tiene una explicación
física y niega la existencia de un Ser Superior.
- El Determinismo: entiende que la razón de los problemas
sociales están en el ambiente y la de los individuos en la herencia biológica.
Los ambientes naturalistas suelen ser miserables, con
personajes, muchos de ellos tarados, alcohólicos y psicópatas, marcados por la
sociedad o el entorno familiar.
Si el escritor realista es notario de lo que sucede, el naturalista
obra como juez que investiga los antecedentes y las causas de los problemas de
la sociedad.
El lenguaje suele ser natural, vulgar e incluso soez.
PRINCIPALES REPRESENTANTES
ESPAÑA
La nueva corriente narrativa tuvo una gran acogida en
España, debido a que nuestra literatura ya contaba con antecedentes de novela
realista: Cervantes, la novela picaresca, los relatos costumbristas, etc. Además,
los escritores españoles leyeron a las grandes figuras de la novela europea:
Flaubert con Madame Bo Vary, Dickens con Oliver Twist y Tolstoi con Guerra y
paz y Ana Karina.
Los escritores más destacados del realismo español son:
Fernán Caballero, seudónimo de
Cecilia Bölh de Faber (autora de LA Gaviota en 1849 que
se toma como fecha del distanciamiento del Romanticismo y Realismo en España),
Pedro Antonio de Alarcón,
Benito Pérez Galdós Y Leopoldo Alas (Clarín).
Características:
- Emplea retrato: la descripción es detallada y
minuciosa.
- Su postura es la del narrador omnisciente y aparece en
el texto con frases dirigidas al lector a quien pretende orientar a la
interpretación de los hechos .FIEE-UNMSM 2008 13
- Cuando describe o narra no le importa ―decirlo todo‖.
- En sus descripciones usa mucho el adjetivo.
- El diálogo de los personajes es ágil y fiel a la
realidad.
Cruz López
Literatura
Española ll
Interesante aporte. Aunque me parece que se pudo haber resumido un poco más; faltan imágenes que apoyen lo expresado; y por supuesto, sería interesante dar cuenta de las referencias.
ResponderEliminarBárbara Caraballo