miércoles, 25 de enero de 2017

Movimiento de Vanguardia "Expresionismo"

El expresionismo es un movimiento artístico y literario de origen europeo surgido a principios del siglo XX, nace específicamente en Alemania en torno a 1910, bajo el régimen de Guillermo II, dentro de una atmósfera social y política que anticipa la Primera Guerra Mundial. 

Se extendió por el mundo hasta llegar a norteamérica donde el presidente Roosevelt inició un programa de alimentación del arte donde los artistas podían acceder a un sueldo a cambio de todas las obras que crearán cada mes, mientras tanto en Alemania las obras expresionistas eran perseguidas por el movimiento nazi, ya que eran consideradas arte impura, por otro lado desde el punto de vista del diseño gráfico el expresionismo fue una gran herramienta publicitaria ya que por el impacto de sus colores y los sentimientos que transmitía las piezas publicitarias que eran creadas con este tipo de arte generan fuertes impacto a las masas, gracias a esto salieron a la luz grandes cartelistas expresionistas (principalmente polacos) como Henryk Tomaszewski, quienes vendían sus obras como parte de la publicidad de obras de teatro o películas de la época. 

El expresionismo alemán se nutre de distintas fuentes que van desde el gótico, las vanguardias de su mismo período, pero por sobre todas los orígenes, este movimiento se impregna de los atavismos más racionales del romanticismo alemán. 

Para manifestarse, el artista expresionista trataba de no preocuparse de la realidad externa sino de la naturaleza interna de las emociones que despiertan sus obras a través de temas fantásticos y terroríficos vinculados con la muerte y lo oscuro. Temas que les permiten jugar con la deformación de la forma externa por la ruptura de lo interior. Hay un quiebre ya que las apariencias se desmoronan y resurge la idea de la muerte en todo momento. Un tema muy manipulado, ya que les atraía la idea misma de lo desconocido.
Surgió como reacción frente a los modelos que habían prevalecido en Europa desde el Renacimiento.
Los autores expresionistas ignoraban la realidad externa, buscando su naturaleza interna, para conseguir ese punto y mostrarlo, exagerando y distorsionando en la mayoría de las veces los temas elegidos. Intentan realizar una pequeña transformación de la realidad porque sostenía que ésta, es una construcción que constituye un lenguaje, por lo tanto, había que construir un nuevo lenguaje que diera cuenta de la otra realidad que estaba oculta.
Los temas destacados, fueron la crítica generacional a la burguesía, al materialismo, a la aglomeración de las masas en las metrópolis, a la mecanización, y sobre todo a la guerra.
En las obras expresionistas se plasmaba la angustia existencial, con desesperadas visiones del fin del mundo, y su miedo a la época en la que estaban viviendo. Criticaban las consecuencias para la humanidad que trajo la modernización, así como el aislamiento individual por la masificación de las ciudades.

Características
Intensidad de la expresión de los sentimientos, las sensaciones y las emociones del autor
Representación de la realidad objetiva
Distorsión de la realidad
Reflejo del existencialismo

El Expresionismo en la Literatura

En el campo de la literatura, particularmente en la novela y el teatro, respondieron a las mismas características que las artes plásticas. Los personajes y las escenas se distorsionaba intencionalmente para producir un fuerte impacto emocional. Destaca Franz Kafka escritor judío checo, cuya desasosegada y simbólica narrativa, escrita en alemán, anticipó la opresión y la angustia del siglo XX. Está considerado como una de las figuras más significativas de la literatura moderna.

Franz Kafka
El estilo lúcido e irónico de Kafka, en el que se mezclan con naturalidad fantasía y realidad, da a su obra un aire claustrofóbico y fantasmal, como sucede por ejemplo en su relato La metamorfosis (1915). Gregorio Samsa, el protagonista, un voluntarioso agente de seguros, descubre al despertar una mañana que se ha convertido en un enorme insecto; su familia lo rechaza y deja que muera solo.


Referencias:                                                                                                                         Yeissy Ibarra
http://literaturach12.blogspot.com/p/vanguardia-2.html
http://es.slideshare.net/frizzy69/expresionismo-presentation-921406

Representantes de la Generación del 98



José Martínez Ruiz, Azorín (1873-1967), comenzó en Madrid su actividad como escritor con colaboraciones en diferentes periódicos. Desempeñó diversos cargos políticos con una trayectoria que cambió desde el anarquismo juvenil hasta el conservadurismo posterior. Fue nombrado académico de la lengua. Durante la Guerra Civil vivió en Francia y después, hasta su muerte, en Madrid.

Su producción es muy abundante. Cultivó casi todos los géneros: novela (La voluntad, Las confesiones de un pequeño filósofo, Doña Inés), teatro (Old Spain, la trilogía Lo invisible) y, sobre todo, excelentes ensayos (La ruta de don Quijote, Castilla, Los pueblos) y libros de crítica literaria.

En su obra predomina la descripción del paisaje y el análisis minucioso de la realidad, en la que el tiempo parece detenerse: sus novelas apenas tienen desarrollo argumental. Destaca su lenguaje impresionista: expresa las sensaciones mediante un léxico rico y preciso, y a través de una sintaxis de frases cortas.

Pío Baroja (1872-1956), estudió Medicina. Viajó por varios países europeos y fue nombrado académico de la lengua. Durante la Guerra Civil vivió en Francia, y a partir de 1940 se instaló en Madrid, ciudad en la que falleció.
Baroja es el gran novelista de esta generación. Su producción se compone de más de sesenta novelas, la mayoría agrupada en trilogías.


Sus novelas están ambientadas preferentemente en el País Vasco o en Madrid. Sus protagonistas son con frecuencia seres abúlicos e inadaptados, abocados al fracaso (por ejemplo, Andrés Hurtado, el protagonista de El árbol de la ciencia); otros, en cambio, se distinguen por su carácter dinámico y aventurero (Martín Zalacaín, de Zalacaín el aventurero). Estos personajes reflejan su visión negativa del mundo, su desconfianza en el ser humano y en la sociedad. No obstante, esta actitud pesimista, en la que no faltan la ironía y la sátira, se combina con un sentimiento de ternura o de admiración.

Escribió también Memorias de un hombre de acción, veintidós volúmenes que constituyen una historia novelada de nuestro siglo XX a través de la vida de su protagonista, Eugenio de Aviraneta. Asimismo, publicó algunos ensayos (Juventud, egolatría; El nuevo tablado de Arlequín; Divagaciones apasionadas) y un libro de poesía (Canciones del suburbio).

Las novelas de Baroja son realistas. Sus narraciones y sus diálogos son ágiles, y en la descripción es un auténtico maestro: a una adjetivación rica y precisa se unen imágenes o comparaciones de estilo impresionista.

Ramiro de Maeztu Whitney, (1874 - 1936) Periodista e ideólogo más destacado del pensamiento monárquico, tradicionalista y católico del siglo XX, fue, en palabras suyas, "un niño altanero y feliz".

Recibió formación del intelectual vasco adoleció de un autodidactismo del que se quejó más de una vez públicamente, acaso para captar la comprensión a sus lectores.

Residió en París, donde comenzó estudios de Comercio nunca concluidos; pasó unos años en Cuba, entre 1891 y 1894, desempeñando diversos oficios, además del de soldado, de lo más variopintos. Uno de ellos fue el de lector en voz alta en una fábrica de tabacos de la Habana. En el artículo "Juan José en Londres", publicado en La Correspondencia de España, Madrid, 14-VIII-1908, magníficamente construido, dejó constancia de tal experiencia. Su firma era habitual en el periódico de Ortega Munilla El Imparcial; escribió para Diario Universal,Vida Nueva, El Socialista, Germinal, El País, entre otros, convirtiéndose, en afirmación feliz de Andrés de Blas (1993), en un verdadero "jornalero de la pluma".

Estuvo en Marburgo el año de 1910 estudiando a Kant con los profesores neokantianos Hermann Cohen, Paul Natorp y Nicolai Hartmann, y durante su estancia coincidió, algún tiempo, con Ortega y Gasset.

Londres (1907), lo acogió durante quince años, desde el 1905 al 1919, en calidad de corresponsal de diversas publicaciones: la Correspondencia de España, Nuevo Mundo y Heraldo de Madrid. Allí frecuentó a grupos fabianos y del llamado socialismo gremial ( guild socialism), y mostró especial afinidad por los últimos.

Entre medias, durante la Primera Guerra Mundial, trabajó de corresponsal en Italia y, según confesión propia, lo que vio a lo largo de esta contienda indujo en él el giro hacia el tradicionalismo al paso que abandonaba el pensamiento anarquizante y nietzscheano de sus años mozos -aunque no su ardor- y las simpatías por el socialismo reformista de cuño fabiano. De todo ello dio cuenta en varios escritos de rectificación y palinodia, por ejemplo, "Razones de una conversión", aparecido en Acción Española el 1 de octubre de 1934.

Al regreso de Inglaterra, reside unos meses en Barcelona afianzando allí sus lazos con Eugenio D'Ors, quien pasó, asimismo, por una crisis de índole religiosa y una búsqueda existencial de la autoridad.

En Argentina conoce y trata al sacerdote vasco Zacarías de Vizcarra, padre de la voz Hispanidad, en torno a la cual edifica Maeztu uno de los puntales de su pensamiento.

Embajador de España en Buenos Aires. Foto Virgilio Muro.Durante el gobierno de Miguel Primo de Rivera desempeñó el cargo de embajador de España en Buenos Aires desde diciembre de 1927 hasta que presentó la dimisión, el día 28 de marzo del 1930, a raíz de la muerte del general.

Unos meses antes de partir rumbo a la Argentina, escribe una carta al director del diario liberal El Sol comunicándole que da por concluida su colaboración; a los dos días, comienza a escribir en La Nación, periódico próximo al general Primo de Rivera.

Fue, por añadidura, diputado por Guipúzcoa en las filas de Unión Regionalista Guipuzcoana.

Maeztu fue miembro de las Reales Academias de Ciencias Morales y de La Lengua Española, en cuya recepción leyó un discurso que versaba sobre "La brevedad de la vida en nuestra poesía lírica".

El 28 de octubre de 1936, de madrugada, fue asesinado, con otros treinta detenidos, junto a la tapia del cementerio de Aravaca, tras una extracción masiva de presos - llamadas en el argot "sacas"-, de la cárcel de Ventas, donde estaba recluido desde finales de julio, cuando unos milicianos republicanos lo detuvieron hallándose de visita en casa de su amigo Vázquez Dodero. Estaba escribiendo una obra titulada "En defensa del espíritu" de la que ya se habían publicado algunas entregas en la revista Acción Española, publicación que dirigió desde el número 28, de marzo de 1934, hasta junio de 1936.

En vano intercedieron por su liberación las embajadas inglesa y argentina.

Las últimas palabras de Ramiro ante quienes se disponían a matarlo fueron, si la leyenda es cierta:

"Vosotros no sabéis por qué me matáis, pero yo sí sé por qué muero: para que vuestros hijos sean mejores que vosotros".

Yeissy Ibarra 

Referencias:
https://docs.google.com/presentation/d/1y3aoSlvfZ1zJ7EQJLn6mFKbAznwAyr3528md-xsZFDA/edit#slide=id.i0